lunes, 28 de junio de 2010

Herrerasaurus

El Herrerasaurus fue uno de los animales bípedos más grandes del mundo durante su tiempo, a pesar de que no fuera muy grande. Medía alrededor de 4m de largo por metro y medio de alto, pesaba de 250kg a 300kg, y vivió durante el período jurásico. Este fue uno de los primeros dinosaurios carnívoros que comenzó a desarrollar características propias de los terópodos del Jurásico y del Cretácico, como su propio tamaño, sus extremidades anteriores o su mandíbula. Esta mezcla de características primitivas con rasgos avanzados ha creado confusión entre los científicos a la hora de clasificar a este animal, pero definitivamente, como era carnívoro, lo dejaron en el grupo de los terópodos. Sus restos han sido hallados tan solo en Argentina.


El Herrerasaurus sería en su época como el Tyrannosaurus en el cretácico, un gran depredador que no solo destaca por su tamaño, sino por otras características que los convertían en una máquina de matar. Como los demás terópodos, tenía unos huesos en las extremidades largos y huecos, y la cola le proporcionaba mucho equilibrio (además esta estaba formada por vértebras encajadas entre sí, lo que la hacía muy rígida). Sus manos tenían tres dedos que terminaban en una buena garra curva, y su mandíbula disponía de un mecanismo perfecto para sujetar a su presa una vez que le hincara el diente.


Al parecer, la presa favorita del Herrerasaurus pudieron ser los rincosaurios, unos reptiles herbívoros del período triásico bastante parecidos a los cerdos, pero un poco más grandes. Esta teoría se prueba debido a que se han encontrado esqueletos de rincosaurios en la caja torácica de un Herrerasaurus. También se han encontrado marcas de mordiscos de Herrerasaurus en el cráneo de otros miembros de su misma especie. Este ataque se pudo deber a la pelea por la comida, por una hembra, o al igual que en el caso del Coelophysis, al canibalismo.

sábado, 12 de junio de 2010

Corythosaurus

La principal y más llamativa característica del Corythosaurus era su elaborada cresta ósea, rasgo que le asemeja al Lambeosaurus, que también era herbívoro y de más o menos el mismo tamaño. El Corythosaurus medía hasta 10m de largo por 4m de alto, pesaba 4 ó 5 toneladas y vivió durante el cretácico tardío. También al igual que el Lambeosaurus, sus restos has sido encontrados en diferentes puntos de América del Norte, pero estos dos dinosaurios debían distinguirse por sus colores y sonidos, y porque sus crestas no eran del todo parecidas.


El Corythosaurus tenía al, final de su hocico un pico que usaba para arrancar las hojas de los árboles. Gracias a que los científicos han analizado el interior del estómago fosilizado de uno de estos animales, hoy sabemos que el Corythosaurus se alimentaba de vegetación semejante a los pinos y los abetos actuales.
Si bien la cresta del Lambeosaurus no está tan estudiada, la cresta del Corythosaurus era muy útil. Para empezar, podía haber diferencia entre las crestas de los macho y de las hembras, lo que ayudaría a estos animales a reconocer a un compañero a cierta distancia, aunque la función de mayor utilidad no es esta. Se han descubierto unos tubos huecos en el interior del cráneo de este dinosaurio que conectan la cresta con su nariz. Los científicos han analizado esta conexión y han sugerido que, gracias a su cresta, el Corythosaurus producía un sonido, parecido al de una trompeta, que ningún otro dinosaurio podía emitir, lo que le podía haber ayudado para pedir auxilio, llamar a sus crías, o encontrar una pareja.


Aunque no estuviera blindado aparentemente, el Corythosaurus disponía de una sorpresa para los carnívoros que le quisieran echar el diente. Aunque es un fenómeno muy raro, se han encontrado junto al esqueleto de este ornitópodo placas de piel fosilizada, lo que nos indica como debía de estar recubierto este animal. Las placas tenían diferentes formas (ovaladas, circulares…), y desde luego eran bastante duras. Este recubrimiento de plaquitas óseas no le habría servido de nada antes la potente mandíbula de un terópodo gigante como el Tyrannosaurus, pero le habría salvado del ataque de otros reptiles carnívoros más pequeños, que no podrían haber traspasado su dura piel.

sábado, 5 de junio de 2010

Cómo distinguir...

A petición de un lector del blog, aquí continúo con esta sección. En este post analizaremos las diferencias entre tres dromeosáuridos argentinos: Araucanoraptor, Neuquenraptor y Unenlagia. He de reconocer que me costó mucho encontrar las diferencias entre los dos últimos, ya que a veces incluso se han intentado juntar en un sólo género. Estos tres dinosaurios, como dije antes, son dromeosáuridos oriundos de Argentina y procedentes de rocas de hace unos 90 millones de años, en el Cretácico.

En 1997 aparece el nombre de Araucanoraptor argentinus sobre unos restos estudiados por el paleontólogo argentino Fernando Novas, quien al principio afirmaba que era un trodóntido. En el 2005 se volvió a analizar el espécimen conocido como Araucanoraptor, y tras comprobar que se trataba de un dromeosáurido, se le cambió el nombre a Neuquenraptor argentinus, y se le considera el holotipo de este género. Así, el nombre de Araucanoraptor argentinus quedó inválido. Como habrán podido deducir, el ejemplar no era precisamente un esquelto completo, para ser exactos no es más que un pie fósil lo que nos queda hoy día del Neuquenraptor.


Diferenciarlo de Unenlagia resulta muy arriesgado, aunque no tanto como considerarlos el mismo género. Con esto quiero decir, que si bien de Neuquenraptor nada más que tenemos un pie, de Unenlagia tenemos apenas unos restos fragmentarios que incluyen huesos coxales, costillas, un fémur y poco más (imagen inferior). Los únicos huesecillos que coinciden en ambos dinosaurios son dos falanges del pie de Unenlagia que se pueden comparar con el pie completo de Neuquenraptor. Las falanges de Unenlagia pertenecen al primer dígito y son de distinto tamaño, siendo la falange 1 mayor que la falange 2, mientras que en el pie de Neuquenraptor ambas falanges son del mismo tamaño. Esta pequeña diferencia entre ambos fósiles es casi insignificante, pero suficiente como para que nos resulte imposible adjudicar el pie de Neuquenraptor a los restos de Unenlagia o viceversa.


También nos podemos basar en que Unenlagia es más basal que Neuquenraptor, y más similar a las aves, pero cualquier suposición hecha sobre un pie y un esqueleto de individuos distintos resulta demasiado arriesgada. Por ello nos basamos en la única diferencia de la que podemos disponer, por muy pequeña que sea, para proponer que al menos por ahora ambos géneros no son el mismo. Claro está que todos esperamos que en los próximos años podamos aclarar nuestras ideas con nuevos restos de ambnos géneros. Hasta entonces, sólo nos queda especular.

miércoles, 2 de junio de 2010

Ornithocheirus

El Ornithocheirus fue una de las mayores criaturas que han volado jamás sobre la Tierra. Este magnífico animal pertenecía al grupo de los pterosaurios (reptiles aéreos), que en la época de los dinosaurios eran los reyes del cielo, pero que curiosamente se extinguieron al mismo tiempo que los dinosaurios, al final del cretácico, aunque de todas formas la principal causa de la extinción de los pterosaurios se cree que fue la evolución de algunos dinosaurios en pájaros como el Archaeopteryx, que gracias a su plumaje y a su minúsculo tamaño tenían menos dificultades para volar que los pterosaurios. El Ornithocheirus medía ni más ni menos que 12m de una punta del ala a la otra, pesaba 70kg y su cuerpo era más grande que el de un humano. Vivió durante el período cretácico inicial y sus restos han sido hallados en Brasil.


El Ornithocheirus imponía mucho por su tamaño, pero no tenía un vuelo muy fácil, ya que era algo torpe en el aire y no le resultaba fácil emprender el vuelo. Las alas de este animal son finas membranas de piel que no se pueden mojar y que se extienden desde los dedos de sus extremidades anteriores, hasta el final de sus extremidades posteriores, y para volar dependía enteramente de que hubiese corrientes de viento en el aire, es decir, que si llovía, o no hacía suficiente viento, este pterosaurio no podía emprender el vuelo (hay que tener en cuenta que a pesar de que sus huesos eran huecos y ligeros pesaba 70kg). El tener las extremidades unidas por las membranas también dificultaba el movimiento del Ornithocheirus en tierra, donde se mostraba muy torpe y apenas podía caminar o moverse.


En cuanto a su cráneo, era ligero y disponía de muchos dientes que sobresalían por el exterior de su pico ideales para cazar peces, una de las principales piezas en la dieta de este gigante. Al final de su pico, disponía de una imponente cresta que posiblemente mostrara colores brillantes para luchar por el apareamiento. En un capítulo de Caminando entre Dinosaurios que puedes ver en el blog se narra el viaje de un gran Ornithocheirus.